¿Es lo mismo ecológico que sostenible?

Ecológico, natural, orgánico, sostenible, biológico, ¿en qué se diferencian?

Los consumidores estamos inmersos actualmente en un continuo bombardeo de términos relacionados con el medio ambiente y la salud, que en muchas ocasiones no nos ayudan nada a comprender si realmente estamos comprando el producto que cumple con nuestras expectativas en cuanto su respeto por la sostenibilidad del planeta y nuestra salud.

Concretamente en los productos de jardinería actualmente conviven los siguientes términos:

Ecológico, Natural, Orgánico, Sostenible, Biológico

La etimología de las palabras dice:

ECOLÓGICO:

  • Perteneciente o relativo a la ecología.
  • Realizado u obtenido sin emplear compuestos químicos que dañen el medio ambiente.
  • Dicho de un producto o de una actividad: Que no es perjudicial para el medio ambiente.

NATURAL:

  • Dicho de una cosa: Que está tal como se halla en la naturaleza, o que no tiene mezcla o elaboración.
  • Dicho de una cosa: Que imita a la naturaleza con propiedad.

ORGÁNICO:

  • Dicho de una sustancia: Que tiene como componente el carbono y que forma parte de los seres vivos.

SOSTENIBLE:

  • Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.

BIOLÓGICO:

  • Natural o que implica respeto al medio ambiente al evitar el uso de productos químicos.

Lo que nos dice nuestro diccionario probablemente no es suficiente para conseguir clasificar de manera apropiada todos los productos  para jardinería que compramos.

Por lo tanto nos vamos a centrar en definir adecuadamente los FERTILIZANTES, a modo de ejemplo.

Un fertilizante está destinado a proporcionar a las plantas los nutrientes que le son necesarios, y puede ser a la vez natural, ecológico, biológico, orgánico y sostenible; cuando ha sido elaborado con elementos naturales, provenientes de seres vivos, sin elaboraciones y sin usar productos químicos.

Un ejemplo de ello podría ser el estiércol de caballo, los posos del café, las cenizas de la chimenea, el humus de lombriz, el guano, las algas…

Lo que parece evidente es que, todo aquello que sea natural, orgánico o biológico (porque proviene de la naturaleza y de los seres vivos), casi siempre será ecológico y sostenible.

La ciencia ha sido capaz de elaborar en los laboratorios lo que de otra manera estaba haciendo la naturaleza de manera más lenta, y a veces menos efectiva. Ello supuso un gran avance para incrementar la productividad de los cultivos y permitir que la producción agrícola creciera exponencialmente. Ya no había que esperar a que los microorganismos hicieran su trabajo y desbloquearan los nutrientes que provenían de esos fertilizantes naturales y orgánicos que estaban en la naturaleza, ahora se utilizaban  productos que añadían al suelo esos nutrientes en formas químicas que sí podían asimilar las plantas.

La consecuencia del uso continuado de esos productos obtenidos en laboratorio es evidente. Los suelos se empobrecen porque se produce una gran disminución de vida biológica, ya que los microorganismos ya no están en un hábitat que les permita cumplir su función.

Muchos fertilizantes que ahora se denominan como orgánicos, biológicos o naturales, es posible que reglamentariamente puedan ser denominados como tales, pero siguen teniendo en sus composiciones elementos químicos producidos artificialmente.

Para el consumidor doméstico de productos de este tipo es difícil interpretar la composición de muchos de los productos que hay en el mercado, pero al menos poco a poco se va observando que se incorporan cada vez más elementos naturales, que no son otros que esos microorganismos tan valiosos para los procesos de desbloqueo de los nutrientes.

La ciencia actualmente está avanzando mucho en la puesta a disposición de productos que son muy eficaces (casi tanto como los químicos) pero que utilizan en su composición elementos orgánicos (que proceden de la naturaleza).

Sólo los productos que de verdad no producen un desequilibrio en la manera como la naturaleza lleva “trabajando” muchos miles de años, pueden presumir de ser ecológicos y sostenibles.

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